El comienzo de la pelicula con la cámara persiguiendo a los dos hermanos es visualmente muy fuerte, la desaparición de uno de ellos nos abre un interrogante, que es el primero de una seguidilla de otros interrogantes que quedan sin respuesta.
La película tiene escenas con imágenes de la ciudad, de las casas, de los vecinos, del festival, del parto compartido, que me parecieron preciosas pero la historia no me terminó de cerrar. Las escenas de la amistad de Yu y Shun son sumamente tiernas y las miradas que se cruzan son muy expresivas lo que remarca la calidad de las actuaciones.
La revelación del origen de Yu cuando camina con su tia por el barrio es poco creíble, no me parece que ni en Oriente alguien pueda hacer esa revelación caminando laxamente y menos que alguien la reciba de igual manera. Otro interrogante, ese punto, que no es un detalle menor, no se vuelve a tocar en el resto de la película!!
Hay personajes que no se integran a ninguna trama y nos dejan librados a nuestra imaginación, como el señor que aparece después del encuentro del cuerpo del niño, que se sienta a comer con el padre de los chicos.
No pretendo historias cerradas, pero me gustan las que tienen un poco mas de elementos para que el espectador pueda hacer funcionar sus ideas, sus expectativas y su propia historia. En este caso hay que destacar la fuerza de las imágenes pero parecería que las historias que se cuentan constituyen un ramillete que coincide en el espacio y en una porción de tiempo pero cada una tiene con las otras solo eso en común. Jorge Calvo
La película parece describir una historia cíclica que pone de manifiesto la tensión entre dos polaridades: el paso de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida. Ese proceso, que lleva años, se revela durante los preparativos de un festival anual. Los niños juegan, se ensucian con una tinta negra que no pueden limpiar ¿Quizá el comienzo de la oscuridad? Luego uno desaparece, se detiene el tiempo. Años después en la misma instancia de organización del festival el ciclo se cierra, la muerte da paso al esclarecimiento, a la aceptación. Es época de sacar cosas a la luz, de salir de la oscuridad: mostrar el retrato del hermano muerto, contar la historia de la otra madre, codificar que cosas se pueden olvidar, cuales no se deben olvidar y cuales es necesario olvidar, es época de renacimiento, de traer un ser al mundo. El festival acontece. Durante el desfile, maravilloso ritual; la lluvia lava, sana, limpia, purifica, los devuelve vivos, luminosos, transformados. La película de una sutileza exquisita a veces se torna insoportablemente lenta, desde las acciones hasta la forma de articular los diálogos, pero de inmediato maravilla con imágenes de una belleza simple y cotidiana, pura poesía visual. La cámara invita a recorrer los espacios en la piel de los personajes como si el espectador fuera pegado a ellos, solo en algunos momentos se eleva, ofrece una mirada desde arriba como si algo superior estuviera observando, sosteniendo el misterio.
El comienzo de la pelicula con la cámara persiguiendo a los dos hermanos es visualmente muy fuerte, la desaparición de uno de ellos nos abre un interrogante, que es el primero de una seguidilla de otros interrogantes que quedan sin respuesta.
ResponderEliminarLa película tiene escenas con imágenes de la ciudad, de las casas, de los vecinos, del festival, del parto compartido, que me parecieron preciosas pero la historia no me terminó de cerrar. Las escenas de la amistad de Yu y Shun son sumamente tiernas y las miradas que se cruzan son muy expresivas lo que remarca la calidad de las actuaciones.
La revelación del origen de Yu cuando camina con su tia por el barrio es poco creíble, no me parece que ni en Oriente alguien pueda hacer esa revelación caminando laxamente y menos que alguien la reciba de igual manera. Otro interrogante, ese punto, que no es un detalle menor, no se vuelve a tocar en el resto de la película!!
Hay personajes que no se integran a ninguna trama y nos dejan librados a nuestra imaginación, como el señor que aparece después del encuentro del cuerpo del niño, que se sienta a comer con el padre de los chicos.
No pretendo historias cerradas, pero me gustan las que tienen un poco mas de elementos para que el espectador pueda hacer funcionar sus ideas, sus expectativas y su propia historia. En este caso hay que destacar la fuerza de las imágenes pero parecería que las historias que se cuentan constituyen un ramillete que coincide en el espacio y en una porción de tiempo pero cada una tiene con las otras solo eso en común.
Jorge Calvo
La película parece describir una historia cíclica que pone de manifiesto la tensión entre dos polaridades: el paso de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida.
ResponderEliminarEse proceso, que lleva años, se revela durante los preparativos de un festival anual. Los niños juegan, se ensucian con una tinta negra que no pueden limpiar ¿Quizá el comienzo de la oscuridad? Luego uno desaparece, se detiene el tiempo. Años después en la misma instancia de organización del festival el ciclo se cierra, la muerte da paso al esclarecimiento, a la aceptación. Es época de sacar cosas a la luz, de salir de la oscuridad: mostrar el retrato del hermano muerto, contar la historia de la otra madre, codificar que cosas se pueden olvidar, cuales no se deben olvidar y cuales es necesario olvidar, es época de renacimiento, de traer un ser al mundo.
El festival acontece. Durante el desfile, maravilloso ritual; la lluvia lava, sana, limpia, purifica, los devuelve vivos, luminosos, transformados.
La película de una sutileza exquisita a veces se torna insoportablemente lenta, desde las acciones hasta la forma de articular los diálogos, pero de inmediato maravilla con imágenes de una belleza simple y cotidiana, pura poesía visual.
La cámara invita a recorrer los espacios en la piel de los personajes como si el espectador fuera pegado a ellos, solo en algunos momentos se eleva, ofrece una mirada desde arriba como si algo superior estuviera observando, sosteniendo el misterio.