domingo, 22 de julio de 2012

The Host

The Host /Corea del Sur /2006/119 min. 
Dirección: Joon-ho Bong. Con Kang-ho Song y Hie-bong Byeon. 


3 comentarios:

  1. The Host...o el ser que nosotros mismos creamos y tenemos el deber de matar.
    Cuatro integrantes de una familia disfuncional, unidos por la tradición de salvaguardar un honor olvidado.Patética, la película recrea aspectos de una sociedad anestesiada y crédula...que ni un ser monstruoso puede despertar.
    Es una película de ciencia ficción? Una de terror? Una comedia dramática?...reúne características de varios géneros, pero se me antoja una pelicula política, esencialmente política. Un "invitado", deja al descubierto la compleja red de complicidades entre medios, gobierno, fuerza de seguridad, sistema de salud..Una red donde el individuo no existe; no existe su palabra, su desesperación, su dolor...porque no están contemplados en el sistema.

    Sí existe la traición, la tortura, la desvalorización constante.
    Y es necesaria la voracidad de un ser que mata sin medida para que estos personajes comiencen a vivir otra vida. Una vida donde la palabra callada se escuche, donde las lágrimas de un padre se valoren más allá de la tradición impuesta por el sistema., donde el espíritu revolucionario tenga un lugar.

    Una película que rompe cerrojos y derriba puertas...ya sea para salvar a una niña capturada, o dar paso a una sensación de libertad silenciada.Por ello vuelvo al comienzo: The Host..o el ser que nosotros mismos creamos y tenemos el deber de matar para ser un poco más libres.



    Adriana

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  2. The Host

    Si el género humano se empeña en agredir sin medir límites ni consecuencias a la naturaleza, sin duda el favor le será devuelto. En este caso lo hace en forma de monstruo, una extraña mutación de pez del río Han que provoca el espanto y luego la muerte.
    Ante un hecho trágico es lógico que los individuos reaccionen de manera proporcional al grado en que este los afecte, es así como la supuesta muerte de la niña moviliza a esta particular familia en principio a buscar venganza -si un animal asesina a un hombre, debe morir- dice el abuelo, y luego a intentar su rescate.
    En este caótico escenario los poderosos de siempre esgrimen un falso argumento para salir del paso. Una solución incoherente y mentirosa tendiente a mostrar que están haciendo “algo” aunque ellos mismos no tengan claro “para que”, difundido por una prensa siempre presente pero nada cuestionadora, que se convierte en un agente propagador del error.
    Curiosamente quienes son considerados los más aptos para sobrevivir e intentar destruir a la bestia son los que confunden. Y aquí aparece la figura del antihéroe, el menos apto, el más torpe, el hombre que no puede siquiera presentarse en una reunión de colegio de su hija; sin embargo movido por la fuerza del amor logra vencer no solo a la criatura sino a todo un sistema que no da crédito a su verdad y pretende callarlo y perseguirlo como si él representara el verdadero peligro. La familia deja en claro esto de que “la unión hace la fuerza” y aún con un par de integrantes muertos sale airosa.
    Lo atractivo de la película es el tratamiento que el director hace de ella. La diversidad de géneros que conviven (terror, ciencia ficción, absurdo, tragedia, comedia), generan una sensación muy especial en el espectador: la de pasar por todos los estados. También convergen una diversidad de líneas argumentales: los daños de la contaminación, la lucha del hombre y la bestia, el perdedor devenido en salvador, los manejos del poder, el rol de los medios de comunicación, el amor incondicional de la familia. Todos parecen temas trillados y sin embargo adquieren matices muy interesantes al ser expuestos desde otra óptica. Hay que destacar la excelencia de los efectos especiales y sonoros y la belleza fotográfica en especial los primeros planos del rostro embarrado de la niña que espera con una tensión disfrazada de serenidad el terrible desenlace.

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  3. No me gustan las películas basadas en las actividades de monstruos imaginarios, pero debo reconocer que esta peli la disfruté mucho. Como en nuestro trabajo hemos utilizado formaldehído en enormes cantidades la aparición de un monstruo mutante por efecto de un vertido intencional del reactivo en los desagües me pegó cerca, por suerte no haciamos cosas de ese tipo.

    Por un lado la película tiene el nivel de divertimento del absurdo, un disparate divertido y listo, pero si uno se pone a pensar en el monstruo y sus acciones se puede pensar que es una especie de encarnación del mal generalizado en nuestra civilización moderna. La manera azarosa en que captura gente y la liquida no es muy diferente de la manera azarosa en que un accidente de tránsito (o un asesino, o un ladrón, o un virus nuevo o cualquier etc) puede sacarlo a uno de esta vida casi sin darse cuenta y sus consecuencias de aterramiento generalizado son similares.

    La manera kafkiana en que reaccionan todos los funcionarios que se implican en la cuestión hace recordar a muchas de las soluciones burocráticas que le tocan sobrellevar a cualquier ciudadano en nuestro mundo. La revelación del médico yanqui sobre la causa de la muerte del soldado heroico (“no fue por el virus, fue por la operación”) evoca los famosos daños colaterales a los que nos acostumbran las acciones de los ejércitos. O de los gobiernos, recordemos las declaraciones del gobierno japones minimizando el accidente nuclear de Fukushima o los rusos con Chernobyl.

    Queda clarísimo que a los agentes del estado les importa un rábano la gente y sus sufrimientos, se limitan a trabajar en el tiempo que se les paga. Se respira ese ambiente tan conocido de los que cumplen órdenes y reglamentos sin importarle los efectos sobre la gente que vive al alcance de sus acciones. En ese sentido un pico se alcanza en la escena en la que se vierte sobre la multitud “el agente amarillo” que un rato antes habían definido como “capaz de eliminar cualquier actividad biológica” (es decir capaz de matar).

    Resumiendo: una metáfora muy loca pero con dolorosos y peligrosos puntos de contacto con la realidad.

    Jorge

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