El gran mérito del cine mudo es hacer de una historia sencilla un cuerpo complejo. De un argumento que fácilmente puede resumirse en pocas líneas, desarrolla un sin número de posibilidades grandilocuentes. Lo maravilloso es que estas películas 80 años después siguen capturando el interés, la emoción y sorprendiendo con sus efectos. Encabezando la lista está Buster Keaton, ese loco bajito de ojos enormes y físico elástico que nos inunda de admiración y carcajadas. “Las siete oportunidades” es una película de una complejidad absoluta, no sólo por las destrezas físicas sino por la composición de los planos. Cada escena muestra un primer nivel donde transcurre la idea principal y paralelamente un atrás en el que se articula una situación que complementa, organizando una lectura visual de figura – fondo en la que abundan los detalles. La resolución espacial es impecable: resulta impactante la secuencia de la iglesia en la que de a una van llegando las novias, para luego multiplicarse y convertirse en una masa compacta que oprime y desborda hasta explotar. Las acciones físicas absolutamente teatrales y coreométricas traslucen una increíble precisión, las persecuciones son desopilantes, las carreras, los obstáculos, las caídas, los enredos; al punto que cuesta entender como ese hombrecito es capaz de cargar tanta expresividad y maestría en su pequeño cuerpo.
LAS SIETE OPORTUNIDADES
ResponderEliminarEl gran mérito del cine mudo es hacer de una historia sencilla un cuerpo complejo. De un argumento que fácilmente puede resumirse en pocas líneas, desarrolla un sin número de posibilidades grandilocuentes. Lo maravilloso es que estas películas 80 años después siguen capturando el interés, la emoción y sorprendiendo con sus efectos. Encabezando la lista está Buster Keaton, ese loco bajito de ojos enormes y físico elástico que nos inunda de admiración y carcajadas.
“Las siete oportunidades” es una película de una complejidad absoluta, no sólo por las destrezas físicas sino por la composición de los planos. Cada escena muestra un primer nivel donde transcurre la idea principal y paralelamente un atrás en el que se articula una situación que complementa, organizando una lectura visual de figura – fondo en la que abundan los detalles.
La resolución espacial es impecable: resulta impactante la secuencia de la iglesia en la que de a una van llegando las novias, para luego multiplicarse y convertirse en una masa compacta que oprime y desborda hasta explotar.
Las acciones físicas absolutamente teatrales y coreométricas traslucen una increíble precisión, las persecuciones son desopilantes, las carreras, los obstáculos, las caídas, los enredos; al punto que cuesta entender como ese hombrecito es capaz de cargar tanta expresividad y maestría en su pequeño cuerpo.
Sandra