miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ana y los otros

Ana y los otros / Argentina, 2003, 80 min. 
Dirección: Celina Murga. Con Camila Toker, Ignacio Uslenghi y Juan Cruz Díaz la Barba.


3 comentarios:

  1. Ana vuelve al pueblo donde se encuentra con sus excompañeros de secundaria pero en medio de la película termina los trámites de la venta de la casa familiar , no queda claro si ese es su propósito, si en realidad viene a rememorar viejos tiempos o si se propone encontrar a su ex novio.

    La vida siguió desarrollándose durante ese tiempo de ausencia y algunos de los protagonistas intentan saltar hacia atrás y recuperar afectos y simpatías. Ese proceso está descrito con algún detalle, dando lugar a algún diálogo interesante, pero en general la película pasa de la extensión de un corto a un largo metraje mediante el recurso de acompañar a Ana en larguisimas caminatas que, para nuestro gusto, son absolutamente prescindibles, ya que no agregan tensión dramática ni datos ambientales a la trama.

    La mejor actuación es la del niñito que Ana acompaña a buscar un bombo pero da la sensación de ser más un criterioso enano que un niño. La amiga que recibe a Ana en su casa está actuada de manera poco convincente aunque su personaje es convencional y una especie de compendio de lugares comunes.

    La incógnita sobre Mariano, el amor pospuesto de Ana, se mantiene durante todo el desarrollo y sigue sin resolverse después del final. Eso probablemente sea lo mejor de la película, el final abierto, ya que le da cierta originalidad, el resto es muy elemental.

    Aparece como una exageración el reiterado cambio de vestuario de Ana, a pesar de viajar con un bolso de tamaño bastante reducido.

    En síntesis, la película nos pareció insustancial, superficial y excesivamente larga.

    Elba y Jorge.

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  2. Ana es tan delgada y juvenil que parece aquella adolescente de secundario.Pero no es la misma.Ni sus ex compañeros, quien ven en ella a una visitante con la vida desacomodada, extraña, habitante de una gran ciudad que en nada se asemeja a la tranquila Paraná.

    Ana vuelve al río, a sus pertenencias, a sus afectos. Ana vuelve en el afán de saber de Mariano, o al menos..saber si es el mismo que dejó.
    Todos han cambiado y a la vez son los mismos.Pero son ajenos a su vida.

    La película me dio una sensación de búsqueda constante.... De ansiedad contenida,
    Un niño parece ser lo único nuevo entre tanto pasado. Pero ayuda a Ana a resolver su presente...le da la forma de encontrar a la única persona que importa en esta historia. Ni su amiga, ni sus antiguos compañeros, saben decirle de Mariano.
    Pareciera ser que no debemos buscar en el pasado las maneras de lanzarnos al futuro. Pareciera ser que la única construcción posible, es a partir de hoy.

    Adriana

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  3. Ana regresa a su ciudad natal. Las excusas: el encuentro con sus compañeros de secundario y la venta de la casa paterna. El deseo: reencontrarse con su amor de la adolescencia.
    Ana recorre lugares familiares, visita amigos, asiste a la fiesta, vende su casa, pero su objetivo está puesto en encontrar a Mariano. Un Mariano ausente, sin rostro, un hombre que representa más un recuerdo, una fantasía, que una posibilidad real y concreta. Y tras él se lanza, en compañía de un niño casi mágico que la acerca a su deseo: Mariano, el hombre detrás de la puerta.
    Desde una visión absolutamente femenina, se muestra distintas maneras de construir la pareja. Se aborda ese universo desde el terreno más frágil y vulnerable: el de las emociones, ese que cuesta admitir y poner en evidencia.
    En una ciudad del interior donde es posible que un niño se ausente de su casa con una extraña, se suba a su auto y viva una aventura durante un largo rato sin que su madre se pregunte dónde está; también son simples las relaciones de pareja. Sus antiguas compañeras están casadas o con novio y eso parece resolverles la vida. La mirada de Ana es más curiosa o al menos ofrece más interrogantes a la hora de pensar las relaciones ¿Qué espera encontrar en Mariano? ¿Por qué esa búsqueda casi obsesiva?
    Esta película al igual que “Una novia errante” no presenta a mujeres que “inspiran”, no se ofrecen como modelos a imitar, no son abnegadas, ni luchadoras, ni fundadoras, ni atropelladas por una gran adversidad o enfermedad, ni malvadas, ni absurdamente buenas. No sabemos de ellas casi nada: en que trabajan, que hacen de sus vidas. Sólo son mujeres frente a una relación afectiva, con sus desbordes, sus miserias, sus obsesiones y sus deseos, algo que a primera vista parece banal, intrascendente, ridículo y sin embargo es parte de la esencia femenina y tan fascinante, sugerente y digna de ser tratada como cualquiera de las anteriores.


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