La película está atravesada por la Revolución (destitución??) del dictador Ceausescu. y cómo quedó plasmada en el imaginario colectivo. Pero ese imaginario, se construye de subjetividades , retazos de conciencia que afloran en Navidad..con la excusa de un programa de TV. Los personajes muestran la precariedad de un país que fue gobernado por un dictador..y a la vez las consecuencias de no poder asumir la libertad. Conductas autoritarias, mentiras, protagonismos encubiertos, realidades distorsionadas...una rutina que duró muchos años, y de la cual es dificil desprenderse. Parece que nada ha cambiado en Rumania...y todo cambió.Pero el miedo persiste; la confusión, la desconfianza, la evasión...son solo imágenes de ese certeza que nos provoca la falta de libertad. Una vez que alguien nos encadenó, nos silenció y reprimió, nunca volvemos a ser los mismos.Se cita a Platón hermosamente, recordando que preferimos la seguridad de las sombras, a la luminosidad hiriente del sol. La libertad tiene su precio..el dolor de mirar la verdad a la cara. .El ejercicio de la libertad perdió su cotidianeidad. Y los personajes se acostumbraron a ser la versión más convenientes de ellos mismos. La que les permitió sobrevivir, Es esa versión de la que ahora no pueden desprenderse a pesar de los intentos de un consenso; son como las luces de la calle, que van prendiendose de a una, a un ritmo sincronizado...pero nunca todas juntas para iluminar mejor.
Tres personajes se nos presentan en su aislada cotidianeidad, cada uno atravesado por sus pequeñas miserias transita algún suburbio oscuro de la ciudad. Se aproxima la navidad y con ella el aniversario de la revolución que acabó con el régimen comunista.
Los tres personajes van a unirse, abandonan el espacio propio y pasan a conformar un espacio compartido. La convocatoria la realiza uno de ellos, conductor de televisión, a participar en su programa. Por decisión o por descarte los invitados, un profesor alcohólico y un jubilado, acuden a la cita.
El encuentro se desplaza desde la intimidad de un automóvil a la exposición frente a una cámara inexperta e inestable que los mostrará frente a los televidentes. El interrogante gira en torno a la idea de revolución y si es justo utilizar el término en relación a los acontecimientos que se sucedieron a nivel local. Es más, el mismo parece depender de la participación popular en la plaza antes o después de las 12.08; de manera que el ser un héroe o un cobarde también depende de esa delgada línea de tiempo. Y es en esa instancia dónde los personajes aparecen en su real dimensión y comienzan a atraparnos en ese juego de hacer pública su interioridad: un anciano no tenido en cuenta, ignorado, que lucha por asomarse y finalmente se avoca a construir un barco de papel como deseando evadirse en el. Un profesor sobreexpuesto y acosado por el conductor, puesto en evidencia por las intervenciones de los telespectadores, persistiendo en sostener una verdad que es refutada desde distintos frentes. Y ahí lo rico, lo interesante, lo que se dice con palabras y lo que se cuenta con gestos, con sutilezas y exageraciones, con situaciones que rosan lo absurdo y a la vez se perciben tan reales.
El interrogante queda sin respuesta, afuera empieza a caer la nieve. En la oscura ciudad, las luces (tal como lo anunciara el anciano), igual que en las revoluciones, se van encendiendo desde el centro hacia la periferia.
La película está atravesada por la Revolución (destitución??) del dictador Ceausescu. y cómo quedó plasmada en el imaginario colectivo. Pero ese imaginario, se construye de subjetividades , retazos de conciencia que afloran en Navidad..con la excusa de un programa de TV.
ResponderEliminarLos personajes muestran la precariedad de un país que fue gobernado por un dictador..y a la vez las consecuencias de no poder asumir la libertad. Conductas autoritarias, mentiras, protagonismos encubiertos, realidades distorsionadas...una rutina que duró muchos años, y de la cual es dificil desprenderse.
Parece que nada ha cambiado en Rumania...y todo cambió.Pero el miedo persiste; la confusión, la desconfianza, la evasión...son solo imágenes de ese certeza que nos provoca la falta de libertad. Una vez que alguien nos encadenó, nos silenció y reprimió, nunca volvemos a ser los mismos.Se cita a Platón hermosamente, recordando que preferimos la seguridad de las sombras, a la luminosidad hiriente del sol. La libertad tiene su precio..el dolor de mirar la verdad a la cara.
.El ejercicio de la libertad perdió su cotidianeidad. Y los personajes se acostumbraron a ser la versión más convenientes de ellos mismos. La que les permitió sobrevivir, Es esa versión de la que ahora no pueden desprenderse a pesar de los intentos de un consenso; son como las luces de la calle, que van prendiendose de a una, a un ritmo sincronizado...pero nunca todas juntas para iluminar mejor.
Adriana
BUCAREST 12.08
ResponderEliminarTres personajes se nos presentan en su aislada cotidianeidad, cada uno atravesado por sus pequeñas miserias transita algún suburbio oscuro de la ciudad. Se aproxima la navidad y con ella el aniversario de la revolución que acabó con el régimen comunista.
Los tres personajes van a unirse, abandonan el espacio propio y pasan a conformar un espacio compartido. La convocatoria la realiza uno de ellos, conductor de televisión, a participar en su programa. Por decisión o por descarte los invitados, un profesor alcohólico y un jubilado, acuden a la cita.
El encuentro se desplaza desde la intimidad de un automóvil a la exposición frente a una cámara inexperta e inestable que los mostrará frente a los televidentes. El interrogante gira en torno a la idea de revolución y si es justo utilizar el término en relación a los acontecimientos que se sucedieron a nivel local. Es más, el mismo parece depender de la participación popular en la plaza antes o después de las 12.08; de manera que el ser un héroe o un cobarde también depende de esa delgada línea de tiempo. Y es en esa instancia dónde los personajes aparecen en su real dimensión y comienzan a atraparnos en ese juego de hacer pública su interioridad: un anciano no tenido en cuenta, ignorado, que lucha por asomarse y finalmente se avoca a construir un barco de papel como deseando evadirse en el. Un profesor sobreexpuesto y acosado por el conductor, puesto en evidencia por las intervenciones de los telespectadores, persistiendo en sostener una verdad que es refutada desde distintos frentes. Y ahí lo rico, lo interesante, lo que se dice con palabras y lo que se cuenta con gestos, con sutilezas y exageraciones, con situaciones que rosan lo absurdo y a la vez se perciben tan reales.
El interrogante queda sin respuesta, afuera empieza a caer la nieve. En la oscura ciudad, las luces (tal como lo anunciara el anciano), igual que en las revoluciones, se van encendiendo desde el centro hacia la periferia.
Sandra