Sobre el corto del último martes 20/09, se me ocurren un par de reflexiones: a) Ante todo, que para mayor claridad del análisis, es necesario dividirlo en dos aspectos muy diferentes: 1) el valor cinematográfico del documental y 2) el tipo de música documentada en el corto. b) En cuanto a lo cinematográfico -que en definitiva es lo que debiera interesarnos en este caso- estimo que es muy bueno el tratamiento hecho del tema, de tal forma que nos ha permitido conocer toda la preparación de un concierto, con tomas precisas, de modo ameno y entretenido, mezclando lo técnico musical con los aspectos humanos, con pequeños subtitulados que clarifican concisamente la imagen, etc. Todo de manera sobria, objetiva y sin influir tendenciosamente en el espectador con ponderaciones o críticas. En definitiva, me parece un buen ejemplo de lo que debe ser un correcto corto documental. c) Con respecto a la música experimental mostrada en la película, no corresponde analizarla en un cursillo sobre cine; aparte de que nos llevaría directamente a la filosofía de lo estético y a la discusión sobre si el arte debe tener incorporada belleza o si arte puede ser cualquier cosa que conmocione al espectador, aun lo feo o desagradable. No obstante, me permitiré recordar que se trata de música experimental y que hay muchos experimentos fallidos, pues no todos salen bien. Tranquilizándome mucho que este director venga a la argentina una vez cada cuarenta años.
Süden (no recuerdo haber leído el significado del título) Significará ¿“hagamos la música”? La película es un poema para el alma. Es muy agradable. Senti lo que es la templanza Fluye la gestación de lo bello pero sin el aura de “lo elevado” o “lo exquisito e intocado”, al contrario, nos adentra en la trastienda donde se produce el evento; donde se gesta el sonido de cada instrumento; buenísimo el final porque termina la peli sin el acto acabado. Ahí uno cae en la cuenta del sentido profundo, de la intencionalidad del autor al documentar la reunión de los músicos con el maestro en el acto cotidiano de ensayar, afinar, armonizar, entrar en la sintonía del todo. Esto acerca mucho, rompe distancias. Esa puesta en primer plano de los instrumentos y sus lenguajes, colocados en un co protagonismo con sus intérpretes, nos hace también en cierto modo co partícipes de la creación . Hay una mística bien visible en los rostros de los músicos, son tan bellos como los sonidos , tienen esa expresión serena y afable de quien esta codo a codo con la armonía. Hay mucha belleza en la peli. Pero también hay una cuestión bien real y hasta cruda en eso de mostrar tan desde adentro y de cerca, instrumentos y rostros; se podría decir que hay una democratización del arte por la pérdida del aura, algo asi como una manifestación contra el elitismo de algunos estilos. En las escenas donde están los admiradores, los seguidores, los amigos, éstos no se muestran como una elite intelectual, sólo como apasionados por el género Como sucede con nosotros, los espectadores, que se da una completud de la obra por eso de entrar en la intimidad del acto creador.
Ví este documental desde varios ángulos: el análisis del protagonista desde una reflexión psicológica , desde allí salté al sentimiento de "argentinidad", lo que implicó una mirada política y social; de allí salté a cuestiones artísticas, hasta éticas..volviendo a retomar los mismos caminos.
Me es difícil sintetizarlo. Pude ligar las motivaciones artísticas del director... un soslayado sentimiento de crueldad, un regocijo inconciente frente a la violencia, con el espíritu violento de las grandes metrópolis, esta vez Buenos Aires. Sin embargo, esta aparente fascinación por lo oscuro de la vida, queda compensado por la calidez y calidad humana que él reconoce en los músicos argentinos.Pareciera que la entrega desinteresada, el esfuerzo poco remunerado, a veces lo librara de sus propios demonios.Le muestran , la otra cara de la humanidad, la más noble. De igual manera, la desenfrenada vorágine de Bs As, queda atenuada en una tarde de lluvia melancólica. Buenos Aires en todo lo bueno y malo que puede ofrecer...En sus limitaciones e impedimentos, y la creatividad hogareña, doméstica, simpática, con que esos impedimentos se solucionan. Por eso me pareció una película de constrastes. Permanentemente se pasa de lo horroroso a lo sublime...y la música es el puente.
Una ópera plagada de sadismo, con un fondo musical y actoral impecable. Unos músicos entronizados en el altar del arte, que sin embargo sufren de un dolor de muelas común y corriente, un director de orquesta que es capaz de la ternura más explícita, y sin embargo se adivina en él algo inefable, contenido,oscuro, sublimado en sus creaciones, y trasmitido de la forma más bella...Y es justamente en los escenarios de Bs As, donde él elige redimirse, porque es el escenario, que a nivel macro, se le presenta como un espejo. Las eternas contradicciones del ser humano, pueden ser también ser vistas desde lo geográfico.
También reparé en su capacidad por alentar el esfuerzo ajeno, la paciencia profesional, la admiración frente a lo cotidiano, la extrañeza frente a lo "distinto". Encontraba este hombre en sus músicos la pureza que necesitaba su alma? El hecho de instalarse en un papel superior (el de director) ¿le permite siquiera atisbar otro costado humano, sin ser juzgado?
Y allí, queda vislumbrado otro cuestionamiento: el arte, en este caso una ópera...le quita maldad a la maldad? O le agrega la belleza necesaria para hacerla tolerable? Hay una dimensión ética en lo artístico? O es la forma menos evidente y sentenciada de dar rienda suelta a nuestras propias miserias? Aquellas que disfrazamos, escondemos, sublimamos, pero a la larga..están.
(Comentario de Omar a través de esta cuenta)
ResponderEliminarSobre el corto del último martes 20/09, se me ocurren un par de reflexiones:
a) Ante todo, que para mayor claridad del análisis, es necesario dividirlo en dos aspectos muy diferentes: 1) el valor cinematográfico del documental y 2) el tipo de música documentada en el corto.
b) En cuanto a lo cinematográfico -que en definitiva es lo que debiera interesarnos en este caso- estimo que es muy bueno el tratamiento hecho del tema, de tal forma que nos ha permitido conocer toda la preparación de un concierto, con tomas precisas, de modo ameno y entretenido, mezclando lo técnico musical con los aspectos humanos, con pequeños subtitulados que clarifican concisamente la imagen, etc. Todo de manera sobria, objetiva y sin influir tendenciosamente en el espectador con ponderaciones o críticas.
En definitiva, me parece un buen ejemplo de lo que debe ser un correcto corto documental.
c) Con respecto a la música experimental mostrada en la película, no corresponde analizarla en un cursillo sobre cine; aparte de que nos llevaría directamente a la filosofía de lo estético y a la discusión sobre si el arte debe tener incorporada belleza o si arte puede ser cualquier cosa que conmocione al espectador, aun lo feo o desagradable.
No obstante, me permitiré recordar que se trata de música experimental y que hay muchos experimentos fallidos, pues no todos salen bien.
Tranquilizándome mucho que este director venga a la argentina una vez cada cuarenta años.
Omar
(Comentario de Almohada a través de esta cuenta)
ResponderEliminarSüden (no recuerdo haber leído el significado del título)
Significará ¿“hagamos la música”?
La película es un poema para el alma. Es muy agradable. Senti lo que es la templanza
Fluye la gestación de lo bello pero sin el aura de “lo elevado” o “lo exquisito e intocado”, al contrario, nos adentra en la trastienda donde se produce el evento; donde se gesta el sonido de cada instrumento; buenísimo el final porque termina la peli sin el acto acabado. Ahí uno cae en la cuenta del sentido profundo, de la intencionalidad del autor al documentar la reunión de los músicos con el maestro en el acto cotidiano de ensayar, afinar, armonizar, entrar en la sintonía del todo. Esto acerca mucho, rompe distancias.
Esa puesta en primer plano de los instrumentos y sus lenguajes, colocados en un co protagonismo con sus intérpretes, nos hace también en cierto modo co partícipes de la creación . Hay una mística bien visible en los rostros de los músicos, son tan bellos como los sonidos , tienen esa expresión serena y afable de quien esta codo a codo con la armonía.
Hay mucha belleza en la peli. Pero también hay una cuestión bien real y hasta cruda en eso de mostrar tan desde adentro y de cerca, instrumentos y rostros; se podría decir que hay una democratización del arte por la pérdida del aura, algo asi como una manifestación contra el elitismo de algunos estilos. En las escenas donde están los admiradores, los seguidores, los amigos, éstos no se muestran como una elite intelectual, sólo como apasionados por el género
Como sucede con nosotros, los espectadores, que se da una completud de la obra por eso de entrar en la intimidad del acto creador.
Almohada
(Comentario de Adriana a través de esta cuenta)
ResponderEliminarVí este documental desde varios ángulos: el análisis del protagonista desde una reflexión psicológica , desde allí salté al sentimiento de "argentinidad", lo que implicó una mirada política y social; de allí salté a cuestiones artísticas, hasta éticas..volviendo a retomar los mismos caminos.
Me es difícil sintetizarlo. Pude ligar las motivaciones artísticas del director... un soslayado sentimiento de crueldad, un regocijo inconciente frente a la violencia, con el espíritu violento de las grandes metrópolis, esta vez Buenos Aires. Sin embargo, esta aparente fascinación por lo oscuro de la vida, queda compensado por la calidez y calidad humana que él reconoce en los músicos argentinos.Pareciera que la entrega desinteresada, el esfuerzo poco remunerado, a veces lo librara de sus propios demonios.Le muestran , la otra cara de la humanidad, la más noble. De igual manera, la desenfrenada vorágine de Bs As, queda atenuada en una tarde de lluvia melancólica. Buenos Aires en todo lo bueno y malo que puede ofrecer...En sus limitaciones e impedimentos, y la creatividad hogareña, doméstica, simpática, con que esos impedimentos se solucionan.
Por eso me pareció una película de constrastes. Permanentemente se pasa de lo horroroso a lo sublime...y la música es el puente.
Una ópera plagada de sadismo, con un fondo musical y actoral impecable. Unos músicos entronizados en el altar del arte, que sin embargo sufren de un dolor de muelas común y corriente, un director de orquesta que es capaz de la ternura más explícita, y sin embargo se adivina en él algo inefable, contenido,oscuro, sublimado en sus creaciones, y trasmitido de la forma más bella...Y es justamente en los escenarios de Bs As, donde él elige redimirse, porque es el escenario, que a nivel macro, se le presenta como un espejo. Las eternas contradicciones del ser humano, pueden ser también ser vistas desde lo geográfico.
También reparé en su capacidad por alentar el esfuerzo ajeno, la paciencia profesional, la admiración frente a lo cotidiano, la extrañeza frente a lo "distinto". Encontraba este hombre en sus músicos la pureza que necesitaba su alma? El hecho de instalarse en un papel superior (el de director) ¿le permite siquiera atisbar otro costado humano, sin ser juzgado?
Y allí, queda vislumbrado otro cuestionamiento: el arte, en este caso una ópera...le quita maldad a la maldad? O le agrega la belleza necesaria para hacerla tolerable? Hay una dimensión ética en lo artístico? O es la forma menos evidente y sentenciada de dar rienda suelta a nuestras propias miserias? Aquellas que disfrazamos, escondemos, sublimamos, pero a la larga..están.
Adriana